Nuevo amanecer

En los años ochenta un grupo de 18 campesinos guatemaltecos se negaron continuar el trabajo duro y mal pagado de tipo feudal que les imponían (casi infligían) los dueños; naturalmente resultó en una expulsión de la finca. Sólo tenían poco dinero, por término medio unos Q 3,900 (unos US$ 500) después de 19 años de trabajo, y tenían que vivir en tierra húmeda que no prestaba provecho.
   Por suerte (y por amigos de amigos y organizaciones de campesinos guatemaltecos) contactaron con una organización canadiense de humanidad que les donó suficiente dinero para obtener una tierra que podía sostenerles.
   Como sospechado, el principio era duro pero también con sorpresas positivas. Salió que la tierra había sido un antiguo sitio sagrado dónde los mayas solían hacer sacrificios. Los campesinos se dieron cuenta de eso cuando querían construir una pila comunal. Como de costumbre, las mujeres habían lavado las ropas en el arroyo que corre al través de la aldea, pero ahora, con el deseo de construir una comunidad organizada, trataban de remover obstáculos como piedras grandes.



 
La pila comunal con la piedra sagrada  


Removieron la piedra pero con gran sorpresa, la mañana siguiente la piedra se había movida hasta la posición inicial, y cuando eso había pasado tres veces decidieron dejar la piedra.
   Al mismo tiempo mucha gente estaba oyendo gritos en la noche, ruido de perros peleando y susurros de gente desconocida; resultó que el ruido originaba de otra piedra grande muy cerca. Esta piedra había tumbado hace tiempo y el ruido no se paró hasta el levantamiento. Un lado de la piedra tenía inscripciones de glifos, y una vez la piedra lavada y levantada la aldea se quedó quieta.



   
  La piedra ornamentada


Todo eso estaba anunciado por la presencia de unas serpientes plumadas que emergieron cuando los campesinos escardaron la fuente del arroyo, una cosa al principio desechada pero ahora evocada. Más tarde, al lado de las piedras grandes, hallaron un antiguo altar que ahora está usado para ceremonias mayas, no sólo por la gente en la comunidad sino por todos en la región.




El altar


Cuando difundieron las noticias de los hallazgos en la comunidad entraron los arqueólogos y por un tiempo parecía que el establecimiento de la comunidad iba hacia un estancamiento; afortunadamente, la introducción de nuevas leyes protegiendo la autonomía de sitios mayas sagrados y sus derechos de continuar sin intervencionismo del Estado aseguró la continuación del establecemiento.
  
Como otro golpe de la fortuna, el alcalde local les ayudó a los campesinos instalar la luz y pagó los materiales para construir calles de cemento en la aldea. No obstante, todavía no hay agua corriente; la sola fuente es el arroyo.




 
El ambiente de la aldea es muy agradable y casi tropical


  
Secando los granos de café en las calles de cemento


Aunque el alcalde del pueblo cercano ayudó establecer la aldea, los alcaldes siguientes no hacían nada, al contrario mandaron a la policía y al ejercito  vigilar la gente en la aldea, acusándolos de vínculos con grupos de guerrilleros en los años finales de la guerra civil (el acto de la paz fue firmado en 1996 después de 36 años de guerra). Los niños de la aldea son instruidos de no indicar nombres a la pregunta: “Quién es el líder?” (“Todos somos líderes”). Todavía está pasando, y el nombre y la locación de la aldea están contenidos por exactamente esta razón.



 
  Una mamita lavando el maíz



   
Las reglas de la conducta buena en la comunidad

Y viven juntos de una manera “socialista” armoniosa, cada uno contribuyendo su parte del trabajo y compartiendo y disfrutando del provecho. A lo mejor sólo es posible en una pequeña comunidad después de una experiencia como la de las 18 familias, pero el éxito común es una indicación de caminos para vencer los obstáculos en estableciendo nuevas sociedades en Guatemala. Probablemente, también se necesita un poco de respeto maya comunal para aceptar el compartimiento - la aldea seguramente está cualificada.
   Pero todavía no hay maestro ni colegio (tienen un cuarto para la escuela) y hasta entonces van a estar limitaciones para una integración propia en la comunidad guatemalteca. Además, muchos de los hombres tienen que buscar trabajo fuera de la aldea para ganar más dinero que puede prestar el trabajo en la comunidad, pero por la vigilancia (que señala que todavía están considerados alborotadores por los dueños cercanos) tienen que viajar lejos para obtener trabajo.
  
Ha tratado la aldea criar pescados, y cerdos, pero lamentablemente ambos proyectos salieron mal – los espíritus no los permitían.  No obstante, hay muchas buenas vibraciones que sentir en esa comunidad maya, y sólo hay que esperar que la aldea vaya a sobrevivir y que las noticias vayan a diseminar que es posible establecer un nuevo principio diferente.




Secando la colada encima de los techos de chapa ondulada  


Erik Moldrup
Noviembre de 2007